La música forma parte de vida, es mi terapia, mi medio de expresión…
Ambas artes iban cada una por su lado, hasta que tuve a mis hijos… empecé a experimentar cómo cantarles no sólo me calmaba a mi… sino también a ellos. Cómo se relajan, escuchan, siguen el ritmo, entonan…!!!
Pero … ¡si esto lo han hecho toda la vida las abuelas! Y ¿se ha perdido? Yo misma no recordaba ninguna canción de cuna que me cantara mi madre, y preguntando en los grupos de postparto he constatado que la gente no conoce nanas… más allá del “duérmete niño, duérmete ya, que viene el coco…”
Fui buscando canciones de cuna y no había mucha cosa… que me convenciera. Así que fui , poco a poco, componiéndolas y empecé a investigar.
La música no solo nos divierte, entretiene y afecta a nuestro estado de ánimo, sino que existe una fuerte evidencia de que mejora nuestra salud y bienestar.
El sistema auditivo empieza a desarrollarse alrededor de las 3-6 semanas de gestación, y la mayoría de estructuras del oído fetal están a punto para que el sonido produzca efectos fisiológicos, a las 25 semanas.
A las 26-28 semanas de gestación, es patente la función auditiva y pueden responder a la estímulos sonoros.
Entre las 30 y 35 semanas los fetos escuchan y responden a sonidos maternales y empiezan a discriminar sonidos, especialmente en relación al tono y al ritmo.
Los fetos viven en un ambiente que contiene ritmos, estructuras, patrones cardiovasculares, intestinales y los sonidos placentarios. Estos sonidos fisiológicos maternales son similares a los sonidos musicales.
Se ha demostrado que la arquitectura neuronal necesaria para el procesamiento musical ya está presente en el nacimiento.
El cerebro de los recién nacidos es sensible a cambios de tonalidad y a la disonancia. En respuesta al estímulo musical se observa respuesta emocional y estas competencias musicales juegan un papel crucial, proporcionando una importante base para en el aprendizaje temprano del lenguaje.
Cantar es una forma universal de comunicación humana, un importante medio de expresión emocional y transmisión cultural. Las nanas se han utilizado para calmar a los bebés desde tiempos inmemoriales.
Sus estructuras son reconocibles a través de las diferentes tradiciones y las definen en todo el mundo.: tonos altos, tempos lentos, repeticiones y ritmos regulares. Si a esta aportación vocal se suma la no vocal: expresión de la voz, gestos, tacto y movimiento, … las nanas se hacen irresistibles para los niños, prefiriéndolas al habla. Además el canto maternal tiene mayores y más prolongados efectos en el bebé que el habla.
¿QUÉ BENEFICIOS TIENE CANTAR A LOS BEBÉS?
PARA EL BEBÉ
- Mejora de los parámetros fisiológicos: frecuencia cardíaca y respiratoria, saturación de oxígeno y tensión arterial.
- Promueve la maduración del sistema neurológico, favoreciendo una mayor tolerancia a estímulos.
- Reduce el estrés aumentando los estados de comportamiento tranquilo (alerta tranquila y sueño profundo y tranquilo)
- Aumenta la ganancia de peso.
- Incrementa la estimulación del lenguaje.
- Refuerza la succión no nutritiva aprendiendo más rápidamente a controlar sus habilidades nutricionales.
- Reducción de la frecuencia y duración de los episodios de llanto inconsolable. Aumenta la sensación de seguridad del niño (autoestima) y su temprana socialización.
- Facilita la coordinación de la emoción entre la madre y el hijo y la comunión emocional.
- Favorece la creación del vínculo con el bebé, fundamental para la salud y el desarrollo físico-psico-emocional del niño.
- Favorece la creación de conexiones neuronales básicas para la conquista del lenguaje.
PARA LA MADRE Y/O EL PADRE
- Cantar resulta tranquilizador para los padres ya que reduce los niveles de cortisol y aumenta la producción de oxitocina.
- Se ha demostrado que las intervenciones y las prácticas basadas en la música, como la creación de música en grupo (cantar o tocar instrumentos musicales) y escuchar música, reducen los síntomas de depresión y ansiedad, por su capacidad para alterar el estado de ánimo y promover la formación de vínculos sociales.
- Las intervenciones musicales pueden ayudar a apoyar la salud mental perinatal, pueden reducir la ansiedad y el dolor del parto, los síntomas de ansiedad en el embarazo, síntomas de depresión posparto y apoyar el vínculo materno-infantil.
- También que el canto muestra una mayor reducción en el cortisol en comparación con escuchar música y un mayor aumento en la autoeficacia materna general y la cercanía percibida con el bebé.
- Las madres que reciben estimulación musical y visual, tienen tasas más altas de lactancia materna, producen significativamente más leche y con un significativamente mayor contenido en grasas.
CONCLUSIONES
Los hallazgos confirman el canto maternal como una herramienta terapéutica de un valor incalculable para promover la salud y el bienestar del bebé y de la madre, antes y después del nacimiento.
Informemos, enseñemos, promovamos y recuperemos las nanas como un recurso más en el cuidado pre y post natal del bebé.
Llevamos la voz incorporada desde siempre… y siendo tan fácil de usar, nos proporciona enormes beneficios.
Potenciemos la confianza de las familias en los recursos que nos proporciona la naturaleza.